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ALOCUCIÓN DE NAVIDAD 2009

Este es un mensaje de la Iglesia Católica en ocasión de la Navidad

Vuelve la Navidad y con ella la alegría y esperanza que esta fiesta suscita en el corazón de los pueblos.

Dios se ha hecho hombre al tomar carne en las entrañas purísimas de María la Virgen.

Jesucristo acorta la distancia entre Dios y el hombre y sirve de puente para acercarnos a su misterio. Aunque Dios nos ha hablado de muchas formas, en su Hijo nos lo ha dicho todo, de forma definitiva. Así, lo expresa la carta a los Hebreos:

 “En el pasado y de muchos modos habló Dios a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo”.

Esto es lo que la Navidad evoca. Esto es lo que la Iglesia cristiana confiesa en su credo y que te invitamos a repetir con nosotros:

Creo en Jesucristo,
su Único Hijo
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de Santa María, virgen.

Mientras los hombres pretenden convertirse en dioses, Dios no tiene a menos hacerse hombre. Los  hombres buscan poder, mientras que Dios se hace servidor de todos. Siendo rico se hizo pobre por nosotros. Empieza por hacerse niño y acaba en la cruz como el peor de los malhechores. Y todo por amor.

“Serán como Dios”: ésta es la oferta tentadora que le hace el maligno a  Adán y Eva y nos sigue haciendo a nosotros hombres del siglo XXI.

Ellos que son criaturas, sufren así la tentación de querer ser su propio Creador. Les resulta atrayente y tentador ser ellos su propio origen; que todo dependa de ellos, conocerlo todo, tener la clave de todo.

«El árbol del conocimiento del bien y del mal» es precisamente el único de cuyos frutos Dios les ha prohibido comer. Porque sólo Él, que es el origen de todo, es capaz de poseer el verdadero conocimiento.

Sin embargo, el árbol del conocimiento “es atractivo a la vista”. Ahí comienza la gran mentira.

Lo que mucho más tarde el lenguaje cristiano llamó “pecado original” es la mentira original, el engaño y la mentira que pretende hacernos olvidar que no somos Dios. Todo arranca de ahí. Mientras somos jóvenes, estamos llenos de salud, tenemos dinero y disfrutamos de placeres, nos olvidamos que vamos a morir, que somos polvo y en polvo nos convertiremos.

Nunca ha tenido la humanidad tanta abundancia de riquezas, posibilidades y poder económico, y, sin embargo, todavía una enorme parte de la población mundial se ve afligida por el hambre y la miseria. Nunca se ha hablado tanto de libertad y de paz, y, nunca ha habido tanta opresión y guerras.

En busca de sentido

En la medida en que hemos pensado que íbamos a alcanzar la felicidad sin Dios; en esa misma medida hemos visto acrecentarse la violencia, el sufrimiento, la delincuencia, la guerra y tantos otros males que afligen a la humanidad.

Los  desequilibrios que sufre el mundo moderno están relacionados con aquel otro desequilibrio más fundamental que tiene sus raíces en el corazón del hombre,

Porque del corazón salen malas intenciones, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falso testimonio, blasfemia.

Todos nos admiramos de los descubrimientos y del poder del hombre hoy día. Ya se habla de la electricidad inalámbrica. Si nuestros bisabuelos los hubieran visto se hubieran quedado boquiabiertos.

Pero, a pesar de tantos logros materiales y tecnológicos, nos seguimos preguntando:

 ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal y de la muerte, que, a pesar de tantos progresos, continúan subsistiendo? ¿Hay algo más allá de la vida terrena? ¿Se acaba todo con la muerte?

La Iglesia cree que estas preguntas se esclarecen en el misterio de Dios hecho hombre, acontecimiento que celebramos en la Navidad. Por esta razón Navidad es fiesta de gozo y esperanza. Cristo es la clave, el centro y el fin de toda la historia humana y no ha sido dado a los hombres bajo el cielo ningún otro nombre en el que podamos ser salvados.

Cuando Jesús nació, un ángel  dijo a los pastores:

Les anuncio una Buena Noticia, una gran alegría, hoy les ha nacido el Salvador

Después de dos milenios la Iglesia nos sigue anunciando esta misma Buena Noticia:

Hoy les ha nacido el Salvador

La Virgen, a quien los cubanos honramos con el hermoso título de la Caridad del Cobre,

fue la que hizo  posible, por su fe, que el Salvador naciera entre nosotros. Ella es la puerta que dio paso a nuestra Luz.

Que el amor a esa Madre del cielo nos conduzca hasta Jesucristo el único en quien podemos ser salvos. Y que la celebración de la Navidad en este año nos traiga la paz que tanto necesitamos y que los ángeles anunciaron a los pastores.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres, porque Dios los ama.

Para ti y para todos los tuyos mi bendición.