Patrono: Sagrado Corazón, junio.
Dirección: Calle #  e/n Calle  y Calle . Venezuela. Ciego de Ávila.
Teléfono: +53 3349
Encargado: Mons. José Manuel García Sardiñas

HORARIOS

Eucaristía en el templo:
Miércoles 4:00 pm
Domingo 90:00 am

CAPILLAS Y CASAS DE MISIÓN

Comunidad de La Isidora.
Comunidad de La Susana.
Comunidad de La Eduviges.
Comunidad de San Fernando.
Comunidad de Jagüeyal.
Comunidad de El 15.
Comunidad de La Julia.
Comunidad de La Caoba.
Comunidad de Macizo Cañero.
Comunidad de Júcaro. 

HISTORIA

No fue hasta el mes de  enero 1936 que el batey del central Stewart (Venezuela) dispuso de su iglesia católica, la que estuvo bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. 

Anteriormente las misas y cultos religiosos se efectuaban en el cine y casas de familia. Fue Monseñor Pérez Serantes, entonces Arzobispo de Camagüey, quien en una ceremonia pública celebrada en el estadio de pelota de la localidad,  emplazó al administrador del central Gumersindo Camacho  para que se construyera la Nave de San Pedro. 

Se realizaron cuestaciones populares, bailes y otras actividades culturales  en el Club Social del central para recaudar los fondos necesarios así como la propia contribución de la compañía propietaria del ingenio. En esta campaña se destacaron varias personas, pero la más distinguida fue Georgina Camacho, hija del administrador. En significativo señalar que tanto el primer bautizo como el inicial casamiento fueron personas de piel negra.

Iglesia de Venezuela

 La toma de la iglesia por trabajadores

Un acontecimiento histórico de gran trascendencia, de los pocos realizados en nuestro país, tuvo lugar durante la Huelga Azucarera de 1955, cuando la iglesia fue tomada por cerca de 100 trabajadores liderados por los hermanos Taboada, vecinos del batey, en reclamo por el  pago del Diferencial Azucarero, los que fueron desalojados a la fuerza por la Guardia Rural. 

Raúl Taboada confesó: « El primer acuerdo era tomar el local de la Casa de los Caballeros Católicos. Allí nos mantendríamos junto a los trabajadores, hasta que se aceptara, por las instancias del gobierno, el pago del Diferencial pero posteriormente se decidió que tendría un efecto mayor la toma de la iglesia.

Antes de comenzar la ocupación  se dirigieron ambos hermanos  a Ciego de Ávila para coordinar las acciones con los dirigentes de la ciudad. Una vez aceptadas sus propuestas visitaron al padre Andrés, sacerdote que atendía la iglesia del Stewart para pedir su aprobación. El religioso  no se opuso pero les señaló que debían ocultar su nombre, pues podría traerle  dificultades con sus superiores eclesiásticos y  les pidió, además, que cuidaran la iglesia, informándoles que la llave del recinto la tenía el Presidente de los Caballeros Católicos del central.

Antes de abandonar la ciudad coordinaron con Cloroberto Echemendía Ulloa (mártir) que trabajaba en la Emisora Radio Cuba, a fin de que a las 6 de la tarde del 29 de diciembre, hora acordada para iniciar la protesta,  informara al pueblo a través de la Radio la operación  iniciada en el   Stewart.

Alrededor de las 5 de la tarde del día fijado, ya estaban en la iglesia cerca de cien personas, la mayoría jóvenes obreros. Allí se decidió que un grupo saliera a las calles a fin de obstaculizar el tránsito por el batey  y,  a su vez,   fueran pintados carteles y vallas con lemas alusivos al pago del Diferencial. Tito Mendicochea sería el responsable del grupo que repicaría las campanas llamando a la huelga. La orientación era transmitir a los creyentes,  con un toque que ellos sabían diferenciar, que la iglesia estaba de luto por la muerte de un alto dignatario católico. Tito conocía la  liturgia sonora porque había sido monaguillo El objetivo era que los creyentes se acercaran sin llamar la atención de la Guardia Rural y conocieran lo que allí sucedía.  La idea dio resultado: los católicos del batey, al ver los letreros repetirse por todas partes reclamando la demanda y el tañer de las campanas, se fueron concentrando en una casa cercana a la iglesia.

Otro de los líderes de la toma de la Iglesia del central Stewart, Jesús Quintana, fue encargado de hacer llegar, casa por casa, la decisión tomada de ocupar el recinto religioso y pedirles a los trabajadores y vecinos la incorporación a la lucha y el apoyo a la acción. Minutos antes de la hora señalada para cerrar las puertas del templo, se planteó por los responsables que organizaban la Huelga Azucarera en  Ciego de Ávila la necesidad de posponer la toma de la iglesia para el día siguiente, pues se había acordado declarar a Ciego “ciudad muerta” el 30 de diciembre, pero comprendiendo la imposibilidad de posponer la acción, ya que  solo faltaban minutos para que se pusiera en marcha, acordaron dar su aprobación inmediata.

La reacción de la Guardia Rural comenzó con tiros al aire y la intimidación a la población y a quienes en la calle habían sido encargados de obstaculizar el tránsito. Pero enseguida pasaron al desalojo del templo, apuntalado con los bancos y cuanto objeto servía para impedir la entrada.  Las campanas ya no tocaban a duelo, ahora  era un arrebato alegre que se montaba sobre los disparos.

El mencionado líder Raúl Taboada rememoró: «Un soldado logró abrir una de las puertas pero fue sacado por un violento empujón y tirado al suelo por el grupo que la defendía y entonces disparó sobre la misma y es herido en un brazo el compañero Efraín Díaz por una astilla que se desprende de la madera. Los guardias comenzaron un ataque a fondo y trataron de derribar  con las culatas de los fusiles puertas y ventanas, pero fallaron en el empeño.

En esas circunstancias, totalmente embrutecido, el sargento jefe del Escuadrón rompió el cristal de una ventana e impele a salir, con la amenaza de disparar una ráfaga de ametralladora hacia el interior de la iglesia. Ante la compleja situación Raúl  le respondió: «Sargento, tenemos varios muertos y  heridos como consecuencia de la balacera de sus soldados, nosotros saldremos si se nos da garantía de no tomar represalias.»

El dirigente obrero pretendía atemorizar al jenízaro por haber provocado los muertos y que desistiera del asalto a la iglesia. Y, efectivamente,  este mandó a suspender los disparos y que salieran todos por la puerta principal. Mientras los soldados se agrupaban en el frente, un grupo de los ocupantes  escapan por el fondo, llevando la orientación de continuar  la huelga.

Al desalojar la iglesia, los dirigentes de la protesta fueron detenidos y conducidos al cuartel, mientras la población los fue siguiendo en un acto de protección y solidaridad.

Poco después arribaron al batey  Pedro Martínez Brito y  José «el moro» Aseef, acompañados por el sacerdote Andrés, quienes gestionan  con el capitán jefe de la Guardia Rural de Ciego de Ávila quien  había sido llamado urgentemente  ante la insubordinación  y  fueron puestos en libertad.

El movimiento de huelga fue un éxito total. Había comenzado por reclamos económicos y se transformó en un volcán político, en una insurrección popular como ocurrió en la hoy ciudad capital de la provincia avileña. El día 3l de diciembre se anunciaba por la Radio Nacional el pago del 4.02% del Diferencial Azucarero, índice inferior a lo que correspondía, no obstante, fue una magnífica victoria frente a la brutal tiranía que padecía Cuba. La toma de la iglesia del  central Stewart contribuyó a ello.

Actos censurables 

A principios del triunfo de la Revolución cubana, momentos en que se agudizaban las contradicciones entre el clero y el Gobierno,  se produjo el censurable   derribo por personas inescrupulosas del monumento con la figura marmórea del Santo Patrón ubicado a la entrada del batey. Aprovechando la madrugada y valiéndose de un cable tirado por un tractor, arrancaron de su base  la emblemática figura marmórea, lo que provocó gran consternación pública en la comunidad.

Según testigos que vivieron la época entrevistadas por este redactor, los autores, sin mencionar nombres, tuvieron trágico fin en sus vidas.

No menos significativo y tmbi{en condenable ,fue la realización de un acto indigno que ocurrió hacia 1970,  cuando se produjo el robo y desaparición de dos de las campanas del recinto, delito que no se ha esclarecido aún y solo existen al respecto comentarios en voz popular. Tenemos entendido que el Vaticano emitió una protesta ante el hecho pero tampoco lo podemos confirmar con toda cientificidad, lo que debe investigarse más a fondo. 

Iglesia de Venezuela

Fermina: una religiosa inolvidable del ayer  en la comunidad

Fermina fue una mujer inmigrante española que arribó a Cuba al terminar la guerra civil en España y allá sufrió las consecuencias del conflicto bélico que dejaron en ella huella síquicas, algo asi como una sicosis. Vino acompañada de su hijo llamado Pepe y  se asentaron en el poblado del Quince y Medio, muy cerca del central y más tarde pasaron a residir al batey del ingenio. Su hijo al que los vecinos bautizaron como «Pepe motoneta» porque siempre utilizaba para sus movimientos ese tipo de vehículo y con evidente rasgos en su hablar del típico idioma de su país natal contrajo matrimonio con una  cubana y de su unión surgieron tres hijos llamados Luis, Carmen y Marino.

 Pero lo interesante del hecho es que Fermina, mujer muy religiosa y siempre vestida de carmelita, desandaba día a día las casas de los vecinos portando una figura de la virgen María y realizaba en ellas oraciones y plegarias  así como predicaba la fe en el Todopoderoso. Hacía hincapié en que   el sacrificio, será siempre superior a las fuerzas, sus angustias y deseos los confiaba  a los conocimientos religiosos, a los santos y descansaba en creencias que le daban una respuesta que constituían su inquebrantable fe. Ella era amiga de mi familia y  le  recuerdo, como estoy seguro  muchos que ya peinan canas le recordarán y  que vivieron en la batey,   cuando expresaba que lo que no se consigue en la tierra se solicita al cielo y nos esperanzaba. En ella los misterios y los designios se hacían palabras, tomaban formas, adquirían colores y resonancias. Ahí estaba lo profundo y duradero, el espíritu de lo popular, el alma del pueblo que es eterna como sombra y como reflejo. Así recuerdo a esta venerable mujer, que a pesar de su edad, desandaba los barrios. Algunas personas inescrupulosas e irrespetuosas, sobre todo jóvenes mal educados,  cuando ella caminaba por las calles gritaban: ¡BOMBA!  y ella se exasperaba pues la referida sicosis por la experiencia vivida durante Guerra Civil española, le hacía recordar los tristes y dolorosos  momentos vividos en su Madre Patria. Fue una figura muy pintoresca e inolvidable.

Otro momento de gran religiosidad y fe, fue la llegada de la imagen de la Virgen de Fátima, en la década de los años cincuenta  del pasado siglo. Su figura arribó al poblado del Quince y Medio por  ferrocarril  donde fue recibida con amor en la estación  e inmediatamente se realizó una  procesión  y veneración que recorrió, tanto el mencionado pueblecito como el batey del ingenio hasta llegar a la iglesia del central. 

por: José Martin Suarez Alvarez (El bolo, como se le conoce cariñosamente)