Por: Liz Marie Alonso
La Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria acogió las Convivencias de Adolescentes desde el 22 al 24 de julio. En la tarde del viernes 22 recibimos a los chicos provenientes de las distintas comunidades de nuestra Diócesis; se realizaron dinámicas de bienvenida, se reunieron los animadores de cada grupo para planificar las actividades correspondientes, y a las 7:00pm celebramos la Santa Misa para que el Espíritu Santo iluminara a estos adolescentes y animadores que acudieron al encuentro de Cristo, amigo que nunca falla.
El sábado 23 iniciamos con la oración de la mañana por el Padre Darío, para que el Señor fortaleciera a estos muchachos y los entusiasmara a encontrarlo en las actividades que realizarían a lo largo de la jornada. «Caminemos al encuentro del Señor» fue la primera dinámica del día que se desarrolló en la Laguna de la Leche con el fin de que, en este lugar privilegiado por la naturaleza, los chicos pudieran encontrar a Dios a través de toda la Creación. Al mediodía, tuvo lugar el almuerzo y compartir entre todos hasta, finalmente, regresar a la Parroquia. En la tarde-noche, la Hna. Lili estuvo a cargo de la dinámica «La búsqueda del tesoro». Esta actividad, con matices de adrenalina, los puso a correr, pensar y analizar hasta percibir que Jesús es el gran tesoro de sus vidas y el amigo que nunca les fallará cualquiera que sea la circunstancia en que se encuentren, solo deben tener confianza en su poder. Al finalizar el día agradecimos a Dios por los momentos que nos había regalado y a las personas que estaban cooperando en estos días en la acogida de los adolescentes para que continuaran creciendo en fe y cercanía hacia Jesús.
El domingo en la mañana oramos, de forma dramatizada, a Dios Padre: Habla Señor, que tu siervo escucha, como parte de la preparación personal de cada uno para participar en la Santa Misa, donde dimos por concluidas las Convivencias de Adolescentes que se desarrollaron a lo largo de estos tres días. «Quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro», canción tema de las convivencias, motivó a los chicos a crear nuevos vínculos de amistad a través de las dinámicas y otros espacios de compartir. Así también, percibieron que en su vida de fe encontrarán diferentes personas que los guiarán al encuentro con Cristo.
De momento, no son perceptibles los frutos, pero ya está sembrada la semilla para que estos chicos continúen creciendo y madurando como testigos del Evangelio en los tiempos actuales. Agradecemos a todas las personas involucradas en las convivencias que colaboraron para un mejor desenvolvimiento, así como a todos los que, desprendiéndose de su comodidad, brindaron su hogar para recibir a nuestros chicos. Que Dios les bendiga por todo su esfuerzo y dedicación.
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